El edificio objeto del proyecto está diseñado por los arquitectos João Álvaro Rocha y el estudio Capilla Vallejo Arquitectos, gira en torno a un patio con el que se quiere recuperar el diseño de las antiguas corralas madrileñas, adaptándolo a una versión actual donde se propone como punto de encuentro y relación entre los vecinos.

El conjunto residencial se presenta en una parcela de planta cuadrada de aproximadamente 38x38 metros cuadrados. El proyecto tiene bajo rasante dos plantas de sótano, ocupando la totalidad de la planta, destinadas a aparcamiento y trasteros. En planta baja se ubican locales comerciales y espacios libres destinados a zonas comunes, Sobre rasante el edificio se eleva en forma de L con distintas alturas en cada lado, de 8 y 9 plantas, dedicadas a viviendas, más su corespondiente cubierta.

La estructura se resuelve mediante pilares rectangulares de hormigón armado y forjados de losa maciza bajo rasante y sobre rasante forjados unidireccionales de semivigueta pretensada y bovedilla de hormigón ligero. 

La cimentación se proyecta superficial, mediante losa de cimentación y para la contención del edificio se proyectan pantallas discontinuas de pilotes de 40, 45 y 55 cm de diámetro.

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